Son muchos los mitos asociados con el consumo de la fruta en dietas de adelgazamiento: que no hay que consumirla antes ni después de comer, que su contenido en azúcar es muy elevado y por lo tanto engorda… ¿Qué hay de verdad en todo esto?
La fruta es un alimento que nos proporciona un sinfín de beneficios: es rica en vitaminas, fibra y minerales, posee grandes propiedades antioxidantes que nos ayudan a cuidarnos tanto por dentro como por fuera y además es ligera y sabrosa. Todas estas ventajas convierten a la fruta en un alimento perfecto que debe ser incluido en cualquier tipo de dieta saludable y equilibrada.
Y es en este punto en el que debemos prestar especial atención. El equilibrio y la moderación son fundamentales a la hora de incluir la fruta en nuestra dieta, siempre y cuando el objetivo sea adelgazar, ya que a pesar de ser saludables y ventajosas para la salud, contienen diferentes cantidades de fructosa. La fructosa es un tipo de azúcar natural presente en la fruta, la miel y algunas verduras, cuya liberación en sangre es mucho más lenta comparado con el azúcar refinado, ya que posee fibra y no provoca picos de insulina tan elevados (razón principal por la que nuestro cuerpo acumularía en forma de grasa el azúcar refinado). Es decir, el cuerpo asimila de una forma totalmente distinta la fructosa y el azúcar refinado, a pesar de que ambos pertenecen a la familia de los azúcares.
La clave es la moderación. Si consumimos fruta sin abusar y siempre aplicando el mindfulness, sin lugar a dudas, la fruta se convertirá en nuestra mejor aliada a la hora de cuidarnos y mantener la línea.
Por lo general su aporte calórico suele ser bastante bajo comparado con otros alimentos, sobre todo industriales. Para que puedas escoger la fruta que más se adapte a ti y a tus objetivos, te dejamos una tabla de calorías de las diferentes frutas que puedes consumir:
Fuente http://www.foodsprings.com
Es más, la ingesta de una pieza de fruta en un momento dado nos ayudará a reducir la ansiedad y el hambre gracias a su efecto saciante. Eso sí, a la hora de elegir entre un zumo y una pieza de fruta entera, nos decantamos por la fruta entera y lo tenemos claro; las frutas en zumo pierden gran parte de sus propiedades y beneficios, quedando prácticamente solo azúcar.
La fruta no engorda por sí sola, la subida de peso es consecuencia de varios factores que no hay que descuidar: una vida sedentaria, una ingesta calórica superior a la que nuestro cuerpo necesita, la falta de sueño, el estrés… Recuerda que la fruta es un alimento imprescindible por la cantidad de nutrientes que nos aporta y que la ración recomendada es de 2-3 piezas diarias. Incluirla en tus desayunos puede ser una buena opción para recargar la energía que pide tu cuerpo y te ayudará a no picotear antes de llegar a la comida del mediodía.
Así que, ¿engorda la fruta? En exceso, sí. Exactamente igual que como ocurre con todos los alimentos. Antes de echarle la culpa a la fruta, valora y revisa tu dieta, ya que en gran cantidad de casos, el motivo por el que una persona gana peso se debe a una dieta hipercalórica. Los servicios de un profesional de la nutrición puede marcar la diferencia y ayudarte a conseguir la dieta que mejor se adapte a ti y a tus necesidades.
Desde Lunik te aconsejamos que acudas a un profesional especializado que pueda aconsejarte al respecto. Es fundamental llevar a cabo una valoración y un diagnóstico personalizado. Esto te permitirá tener un plan de dieta adaptado a ti, teniendo en cuenta tus necesidades individuales, tu metabolismo y tu gasto calórico entre otras muchas cosas.