¿Qué es el Factor de Protección Solar?

By in Lunik Blog

El factor de protección (FPS) de las cremas solares indica el número de tiempo que la crema solar en sí, es capaz de proteger nuestra piel. El protector solar ayuda a nuestra piel a defenderse de los rayos del sol, aumentando la capacidad de defensa de esta.

Cuánto mayor sea el FPS que utilicemos, mayor será la capacidad de protección de la crema solar frente a los rayos UVB del sol, culpables de los eritemas, las quemaduras de primer y segundo grado, el envejecimiento prematuro y en el peor de los casos de la aparición del cáncer de piel entre otros.

¿Qué crema solar es la ideal para tu tipo de piel?

Elegir un producto con el factor de protección adecuado es fundamental para prevenir y evitar daños en nuestra piel. Para seleccionar el factor protector idóneo es clave tener presente el fototipo de cada persona.

El fototipo de la piel es una clasificación que fue creada por el dermatólogo Thomas Fitzpratrick en el año 1975 y que nos sirve para encuadrar cada tipo de piel en función de diferentes características. El fototipo se encuentra establecido por diferentes aspectos como el color de tus ojos y pelo, la pigmentación de la piel, la presencia de pecas o manchas y la capacidad de la piel de quemarse o broncearse. En base a estas características podremos averiguar qué tipo de fototipo es el nuestro entre todos los existentes:

– Fototipo I: Tu piel es muy blanca y pálida, probablemente con pecas y manchas provocadas por el sol. Siempre que te expones al sol sueles quemarte pero nunca te bronceas. Este tipo de piel es extremadamente sensible a los efectos del sol y tiene un riesgo más elevado de sufrir daños y melanoma (el tipo de cáncer de piel más letal). Utilizar un protector solar con un FPS superior a 30 es muy importante para prevenir lesiones cutáneas.

– Fototipo II: Si tu piel es blanca y sensible, y casi siempre te quemas, es muy posible que este fototipo sea el tuyo. Rara vez te bronceas y eres rubio o claro.

– Fototipo III: pieles de color intermedio. A veces te quemas y a veces te bronceas.

– Fototipo IV: Tiende a broncearse fácilmente y es menos probable que se queme. Pero todavía estás existe el riesgo de quemaduras y lesiones cutáneas. Tu piel es oscura, al igual que tu cabello.

– Fototipo V: Tu tipo de piel se caracterizada por ser algo más oscura que la del fototipo anterior, teniendo menos riesgo de quemarse pero no por ello inmune a los efectos del sol.

– Fototipo VI: Si tu piel es negra, este es tu fototipo. No pueden quemarse, pero el riesgo a padecer el cáncer de piel sigue existiendo por lo que se recomienda seguir aplicando crema solar de al menos FSP 15 antes de la exposición solar.

Si tu piel se suele quemar después de los 10 primeros minutos de exposición solar, aplicar una crema solar con factor de protección 15 te permitiría disfrutar del sol sin quemarte durante unos 150 minutos (por eso el número 15, que significa 15 veces más). Esta estimación siempre dependerá de diversos factores como el fototipo, la intensidad de la radiación ultravioleta y la cantidad de crema solar que hayas utilizado. Por ello no solo tendremos que elegir el FPS en base al tiempo de exposición.

Para conseguir una protección adecuada los expertos recomiendan utilizar como mínimo un FPS de 15 y renovar su aplicación alrededor de las 2 horas.

Para hacernos una idea :

  • Un FPS de 15 bloquea un 93% de rayos UVB
  • Un FPS de 30 bloquea un 97% de rayos UVB
  • Un FPS de 50 bloquea un 98% de rayos UVB

¿Es necesario renovar la crema cada 2 horas?

La reaplicación de crema solar es fundamental para evitar quemaduras y daños innecesarios en nuestra piel durante la exposición a los rayos UVA.

A pesar de que un FPS 50 posee una duración de 8 horas de protección, se recomienda encarecidamente la renovación de la crema solar cada 2 horas de exposición al sol. ¿El motivo? Cada vez que nos bañamos en el mar o en la piscina, cuando entramos en contacto con la toalla o la arena, cuando nos secamos con una toalla o cambiamos de prendas de baño o cuando sudamos y nuestra piel transpira, la crema va desapareciendo.

Además, hay que tener en cuenta que el grado de absorción según cada tipo de persona difiere. Incluso en el mismo cuerpo de un individuo, existen zonas más delicadas donde la piel es más sensible y puede quemarse con mayor facilidad. Por este motivo, no es posible establecer fórmulas fijas e infalibles al 100% sobre qué factor utilizar o cuántas horas exactas durará, ya que son muchos los factores que interactúan.

¿Filtros solares químicos o físicos?

Otro factor a tener en cuenta a la hora de elegir el FPS adecuado para nuestra piel es saber diferenciar entre los filtros solares físicos o minerales y los filtros solares químicos.

– Los filtros solares químicos funcionan transformando los rayos UVA en calor, volviéndolos inocuos para la piel. Tienden a irritar más la piel debido a su composición, pero su aspecto es mucho más discreto que el de los filtros minerales ya que la piel los absorbe, favoreciendo una mayor duración y disminuyendo la posibilidad de que el producto se pierda al entrar en contacto con el agua o al sudar.

– Los filtros solares físicos son minerales, lo que significa qué están hechos a base de ingredientes activos tolerados por nuestra piel como el zinc y el dióxido de titanio entre otras. Son especialmente indicados para pieles sensibles y muy blancas, ya que no producen las reacciones cutáneas de los filtros químicos. Su forma de actuar es a modo de bloqueador solar. Estas cremas actúan como un espejo o pantalla sobre nuestra piel, cubriendo y reflejando los rayos del sol. A diferencia de los protectores químicos que requieren al menos 30 minutos para ser absorbidos por la piel y resultar efectivos, este tipo de cremas solares minerales comienzan a proteger tu piel desde el momento en el que la aplicas (aunque se van con mayor facilidad que las químicas). La única pega es que los filtros minerales poseen una textura más densa y difícil de aplicar, ya que no es absorbida por la piel. Además  hay que repetir la aplicación más veces que con los filtros químicos.

¿Conviene utilizar una crema de protección solar de factor superior a 50, como los FPS 90 o 100?

Las cremas con un FPS superior a 75 (80, 90 o 100) no ofrecen una protección significativamente mayor a los protectores de 50, y pueden llegar a confundirnos pensando que realmente sí que protegen más que un factor 50+ (cuando no es cierto). Por ello, en España, lo habitual es encontrar productos de protección solar de un máximo de 50+, ya que las cremas con un FPS superior no suelen comercializarse en tiendas debido a lo anteriormente citado.  Prescindiendo de los llamados FPS de “protección total” o de “pantalla total” podemos lograr evitar pagar mucho más por productos que realmente solo ofrecen una falsa sensación de estar protegidos sin proporcionar una protección completa en absoluto.

El principal problema es que cualquier tipo de filtro o pantalla bloqueadora de rayos solares que aplicamos sobre nuestra piel, tiene una capacidad limitada para absorber la radiación solar.

A partir de cierto punto (como el FPS de 50), la protección ofrecida apenas aumenta, pero lo que sí aumenta es el riesgo de que nuestra piel sufra alergias o reacciones cutáneas a ciertos tipos de químicos y componentes presentes en estos productos.

¿Te aplicas bien la crema de protección solar?

La mayoría de los fotoprotectores no son de acción inmediata por lo que la aplicación de la crema solar se debe llevar a cabo al menos 30 minutos antes de la exposición solar.

Además para favorecer una buena absorción y no dejarte ninguna parte de tu piel sin proteger, la recomendación es aplicar el protector sobre la piel limpia y seca una vez que nos hayamos quitado la ropa llevando ya el traje de baño que vayamos a utilizar para la playa o piscina. Así nuestra piel lo absorberá bien.

La aplicación será uniforme y suficiente, de manera que tanto las partes descubiertas como las que estén protegidas por un fina capa de tela estarán cubiertas con una capa de crema.

Desde Lunik te recordamos que controlar los cambios de tu piel de pies a cabeza y prestar especial atención a los crecimientos sospechosos es indispensable para cuidar la salud de nuestra piel. Los controles anuales y acudir al dermatólogo siempre que sea necesario ayudará a prevenir este tipo de lesiones cutáneas.