En los últimos años las creencias y mitos que giran entorno a los sujetadores se han multiplicado de manera exponencial. Quizás en una charla con las amigas, en un encuentro familiar con tu madre o cuando has ido a comprar un sujetador nuevo… ¿dormir con sujetador es malo?, ¿favorece la aparición de cáncer en la zona del pecho?
En Lunik queremos romper con todos estos mitos y traerte respuestas definitivas para que compruebes por ti misma todos la veracidad o falsedad de las 7 creencias y bulos más extendidos sobre los sujetadores:
Dormir con sujetador evitará que tus pechos se caigan: ¡Mito!
En realidad, si bien es cierto que utilizar un sujetador de noche puede prevenir la aparición de arrugas en la zona del escote, no hay evidencia científica de que usar un sostén marque una diferencia definitiva en relación con la caída del pecho a medida que pasa el tiempo: los embarazos, la lactancia y la genética son factores que influyen de manera decisiva en este aspecto.
Además, por lógica, la fuerza de la gravedad también juega un papel muy importante ya que con el paso de los años esta propicia que los ligamentos de los pechos vayan hacia abajo.
Utilizar sujetador favorece la aparición de pechos caídos: ¡Mito!
Es posible que en alguna ocasión hayas oído que utilizar sujetador genera que la musculatura de tu pecho pierda fuerza y por ende caigan. Pues bien, un equipo de investigadores franceses publicó un estudio en el año 2013 en el que se concluía que, si bien es cierto que los sujetadores podrían causar que los pechos se hundiesen con el paso del tiempo al impedir la creación de un tejido muscular que soportase el peso de estos, es caso hipotético ya que no tiene sentido del todo: los senos en realidad no contienen músculo, solo piel, grasa y ligamentos.
A diferencia de lo que sucede con otras partes de nuestro cuerpo como son los abdominales o las piernas (en las que con ejercicio es posible modificar o tonificar la musculatura existente), al utilizar un sujetador no estamos impidiendo el desarrollo de esta musculatura ya que no existe previamente.
Dicho esto, también es cierto que los músculos del pecho no pueden ser estimulados en la misma medida que otros, los ejercicios que trabajan y fortalecen la espalda pueden ayudar a fortalecer la zona del dorsal y aportar sujeción extra.
El sujetador de aro es uno de los causantes del cáncer de mama: ¡Mito!
Este mito se remonta a 1995, cuando un equipo de marido y mujer de antropólogos médicos afirmaron que el uso prolongada de sujetadores ajustados restringen los ganglios linfáticos alrededor de los senos, que como consecuencia acaban atrapando las toxinas causantes del cáncer.
Según la American Cancer Society, el estudio realizado no siguió las prácticas estándar de una investigación epidemiológica, ni tuvo en consideración los factores de riesgo conocidos para el cáncer de mama además de otras variables. A pesar de que, por lo dicho anteriormente, este mito es falso, es uno de los más persistentes y sonados en los medios digitales.
El sujetador no precisa de la misma frecuencia de lavados que el resto de prendas: ¡Mito!
En realidad, se trata de sentido común… piénsalo: ¿acaso podrías ponerte las mismas prendas íntimas más de una vez sin lavarlas? ¡Rotundamente no! Pues lo mismo sucede con los sujetadores. La tela del sujetador se encuentra en contacto constante con nuestra piel por lo que es realmente susceptible a la suciedad y absorber el sudor del cuerpo.
La lavadora estropea los sujetados: ¡Mito!
Este mito tiene un poco de verdad ya que los sujetadores se desgastan más rápido cuando se lavan en la lavadora… lavar a mano es siempre mejor para prolongar su vida útil. Una buena alternativa es lavarlo en la lavadora pero utilizando un ciclo de agua fría con un detergente suave, introduciendo los sujetadores en una bolsita de red.
Los sujetadores duran eternamente: ¡Mito!
Si el sujetador todavía te vale, significa que todavía puedes utilizarlo, ¿no? Pues resultado que no tanto. Incluso si no hay cambios de tamaño en tus pechos, un sujetador no es útil para siempre.
Algunos expertos aconsejan retirar los sujetadores a partir del año, hasta máximo tres. En realidad, todo dependerá de la frecuencia con la que te lo pongas y de cómo lo cuides. Cuando un sujetador comience a deshilacharse o sus copas se estiren y pierda forma… ¡es el momento de decirle adiós!
La talla del sujetador es aplicable por igual en todas las marca: ¡Mito!
Todas las marcas de lencería y moda utilizan un “modelo de ajuste” diferente por lo que no hay absolutamente ninguna consistencia y es posible que tu talla varíe de una marca a otra. Por ello es importante que te pruebes el sujetador antes de comprarlo, de otra forma no darás con la talla ideal.
Recuerda que utilizar el sujetador adecuado es esencial para sentirte cómoda contigo misma, por eso te recomendamos que elijas siempre tu sostén siguiendo los siguientes pasos:
– Abróchate el sujetador: Ni la correa ni los tirantes deberían apretarte al ajustarlo. Tampoco debe dejarte marcas sobre la piel.
– La tira posterior del sujetador debe estar situada a la misma altura que la línea del pecho.
– Respecto al aro, siempre debe estar bien pegado al tórax, nunca por encima del pecho. Los senos no deberán sobresalir de la copa.
Si después de todas estas comprobaciones el sujetador cumple con los requisitos, ¡enhorabuena, habrás encontrado el sujetador perfecto para ti!