Te levantas, vas al baño y te miras en el espejo y, ¡tachán! Como por arte de magia una espinilla del tamaño de la Torre Eiffel ha decidido hacer su aparición en la zona menos discreta de tu cara: y así, cada mañana. El acné es un problema real que afecta a la gran mayoría de los adolescentes y su causa se encuentra en un exceso en la producción de sebo (que es una sustancia grasa) que obstruye los poros.
Las espinillas, las “más odiadas”, generalmente aparecen en la cara, el cuello, la espalda, el escote y los hombros. A pesar de que el acné no representa un riesgo grave para la salud del paciente, puede conllevar problemas psicológicos (repercutiendo en la autoestima de la persona que lo sufre) y problemas estéticos (causando cicatrices y manchas en la piel a largo plazo).
¿Tengo acné?
El acné se manifiesta de varias maneras y por ello es importante saber detectarlo en sus diferentes formas:
- Puntos blancos: Estos pequeños puntitos son en realidad poros de la piel taponados con aceite y piel cubierta por capas de piel.
- Poros abiertos
- Espinillas negras: Las protuberancias negras representan poros de la piel en los que un exceso de sebo sale a través de los folículos. El color negro no es de la suciedad. Puede ser de bacterias, células muertas de la piel y materia que reacciona con el oxígeno.
- Pápulas, pústulas o nódulos: Este tipo de lesiones son algo más graves, ya que se aparecen inflamadas y enrojecidas a causa de una infección del tejido en la zona de alrededor de los folículos obstruidos, que a menudo son dolorosos y se sienten duros.
- Quistes: Granitos profundos, llenos de pus.
¿Por qué algunas personas tienen acné y otras no?
No está claro por qué algunas personas son más propensas a sufrir acné que otras. A pesar de que se desconoce la causa exacta del acné, sabemos que las hormonas llamadas andrógenos desempeñan un papel importante. Los andrógenos aumentan tanto en niños como en niñas durante la adolescencia, produciendo que las glándulas sebáceas se vuelvan más grandes y produzcan más sebo. Los andrógenos también pueden aumentar debido a los cambios hormonales relacionados con el embarazo o al comenzar o detener las píldoras anticonceptivas.
Además de los desequilibrios hormonales, existen factores que favorecen y predisponen al individuo a sufrir acné en su adolescencia:
- La genética: Si tus padres tuvieron acné, es posible que hayas heredado esa tendencia.
- Hiperplasia de la glándula sebácea.
- Una descamación anormal en los queratinocitos.
- Presencia de la bacteria Propionibacterium acnes.
- Algunos medicamentos (por ejemplo, los andrógenos tomados como medicamentos, medicamentos para la epilepsia, litio y prednisona) pueden causar acné.
- Dieta: Existen cierto tipo de alimentos que pueden desencadenar o empeorar el acné como la leche de vaca, los alimentos ricos en hidratos de carbono como el pan o los fritos y el chocolate. Así que si puedes evitarlos, ¡mejor!
- El maquillaje y los productos cosméticos: Principalmente aquellos con una consistencia grasa podrán contribuir a la obstrucción de los poros. A la hora de elegir que productos utilizar, puedes optar por aquellos a base de agua en lugar del maquillaje a base de aceite; así tendrás menos probabilidades de que te causen acné.
¿Cómo se puede tratar el acné?
Los dermatólogos, que son los médicos que se especializan en problemas de la piel, son los profesionales que a menudo tratan el acné, especialmente en casos graves. En Lunik contamos con un equipo de médicos y profesionales que podrán asesorarte y seleccionar el tratamiento que más se adecúe a ti. Además gracias a nuestra cámara de diagnóstico 3D Quantificare, analizaremos y descubriremos qué tipo de acné tienes y cómo combatirlo:
- Tratamiento con luces/máscara LED:Como ya te contamos en una de nuestras anteriores entradas, la terapia LED de luz roja resulta eficaz para prevenir y tratar el acné. Las sesiones con luces LED, ayudarán a disminuir la inflamación y a reducir las bacterias presentes en la piel. Se puede usar una exfoliación con ácido salicílico para destapar los poros.
- Tratamientos a base de medicamentos tópicos: Estas cremas pueden ser “de venta libre” o bajo prescripción médica. La palabra “tópico” significa que son productos que se aplican sobre la piel como el ácido acético, el peróxido de benzoilo, los antibióticos, el ácido salicílico o el azufre. Este tipo de tratamiento se comercializa de diferentes formas, incluyendo geles, pomadas, lociones, cremas y jabones. Cuando estos productos se usan regularmente, son moderadamente efectivos para tratar el acné.
- Tratamientos a base de medicamentos orales recetados: En los casos de personas con acné moderado a severo, el médico puede optar por recetar antibióticos orales (píldoras) además de medicamentos tópicos. Se cree que los antibióticos orales ayudan a controlar el acné al frenar el crecimiento de bacterias, lo que disminuye la inflamación. Uno de los tratamientos orales más efectivos es el Roacután, un medicamento de tipo antiinflamatorio que ataca las glándulas sebáceas, que son las encargadas de producir el aceite en la piel, reduciendo así la producción de aceite. También ayuda a reducir la cantidad de bacterias que viven en la piel. El efecto combinado de la reducción en la producción de aceite natural, la reducción en el número de bacterias que causan el acné y la reducción de la inflamación ayudan a prevenir los brotes de acné. Este tipo de medicamento siempre tendrá que ser prescrito y supervisado por un médico dermatólogo, que será capaz de evaluar si es apto para ti y se ajusta a tus necesidades.
Consejos para la prevención del acné
Aunque son muchos los factores que condicionan e influyen en la aparición y desarrollo del acné, desde Lunik te lanzamos algunos consejos que pueden servirte a ayudar a controlar el acné:
- No te laves la cara demasiada frecuencia: El acné no es consecuencia directa de la suciedad, sus causas son más profundas. Dos lavados diarios con suavidad deberían ser suficiente. Demasiada limpieza puede dejar la piel irritada y seca, lo que provoca que las glándulas produzcan más aceite, y como consecuencia aumentará la probabilidad de que aparezcan granos,
- Evita el uso de exfoliantes ásperos.
- Utiliza productos sin aceite y no comedogénicos (aquellos que no obstruyan los poros).
- No te revientes los granitos: Cuando intentas sacar el pus de un grano, puedes provocar que las bacterias del acné penetren más en la piel. Además, si te tocas lo granos todo el rato se producirá una mayor inflamación y una cicatrización permanente.
Otros factores que pueden empeorar el acné incluyen:
- Fricción causada al apoyarse o frotarse la piel
- Limpiezas faciales demasiado bruscas
- Tocarse o reventarse granitos y manchas de la piel
- La presión generada por las gorras, los cascos de bicicleta, las mochilas o los collares ajustados, que favorecen la aparición de sudor
- Cambios en los niveles hormonales en niñas adolescentes y mujeres adultas de 2 a 7 días antes del inicio del período menstrual
- Estrés
No dejes que el acné defina quién eres. Siempre estás a tiempo de tratar y mejorar este problema tan molesto e incómodo de la piel. En Lunik te asesoramos en tratamientos anti-acné para mejorar tu piel, trabajando con los mejores profesionales en el campo de la medicina estética, y de la dermatología en los casos que fuese necesario para que puedas continuar con tu vida y seguir haciendo las cosas que tanto disfrutas ¡sin preocuparte por ningún complejo!