Flacidez cutánea: cómo identificarla y ponerle fin

By in Lunik Blog

Aunque la flacidez cutánea puede parecer similar a las arrugas en muchos aspectos, no tiene que estar vinculada de manera necesaria a la vejez. Sin embargo, es cierto que a medida que las personas envejecen, la piel tiende a caerse y a volverse flácida.

Con el paso de los años, la piel va perdiendo la estructura y la vitalidad de la juventud y se vuelve más flácida debido a la pérdida de elasticidad, un hecho que resulta molesto y poco deseado para la mayoría de las personas. Muchas personas no saben cómo identificar el tipo de flacidez al que se enfrentan y esta identificación resulta esencial para lograr encontrar un tratamiento eficaz que combata el proceso de envejecimiento ya que la flacidez cutánea tiene un tratamiento diferente a la flacidez muscular.

La flacidez de la piel se da en el momento en que las fibras de colágeno comienzan a encogerse y se desorganizan debido a una desnutrición o una mala hidratación. También influyen otros factores como la radiación solar, la mala alimentación y la falta de rutinas de cuidado diario de la piel. Todos los factores, además, se ven magnificados debido a la acción de la fuerza de la gravedad.

¿Cuáles son las causas de la flacidez cutánea?

Este problema que afecta generalmente principalmente a las mejillas, el pecho, los brazos, el abdomen, la parte interna de los muslos, las nalgas y las rodillas, da una apariencia de fragilidad y delgadez. Los principales factores que favorecen la aparición de este tipo de flacidez incluyen:

La exposición solar: Según la Asociación Americana de Dermatología, la radiación ultravioleta (UVA) es la causa más frecuente y prevenible de daño temprano en la piel. El daño puede resultar de la exposición al sol o el uso de camas solares.

Con el tiempo, la radiación UVA descompone las fibras de elastina en la piel, que es la que permite que la piel se estire y vuelva a su posición normal.

A pesar de que estas fibras pueden sanar, una exposición demasiado prolongada a la radiación UVA puede provocar que la reparación de las fibras no se llegue a completar.

El fototipo de pielLas personas con piel clara son especialmente susceptibles a padecer este tipo de flacidez, ya que su tipo de piel es más delicada y sensible. ¡Consulta nuestro artículo del blog acerca de los fototipos para poder identificar el tuyo!

La genética: Pueden determinar y predisponer que una persona sufra de flacidez cutánea desde temprana edad.

La edad: La flacidez cutánea es más común en personas mayores y suele aparecer a partir de los 35-40 años.

Otras causas que contribuyen a la flacidez de la piel comprenden:

  • Ganar o perder mucho peso en un periodo de tiempo corto
  • Falta de humedad en la piel
  • Fumar
  • Consumo de alcohol
  • Falta de sueño o insomnio
  • Factores ambientales como la contaminación
  • La falta de una dieta equilibrada
  • Algunos medicamentos, como la prednisona

Tratamiento para la flacidez cutánea corporal y facial

En función de la causa que produzca la flacidez y el área donde se encuentre, se aplicará un tratamiento u otro. En Lunik lograremos identificar el tipo de flacidez por medio de un diagnóstico objetivo, con el que conseguiremos averiguar cuál es el mejor tratamiento para ti.

En Lunik ponemos a tu alcance los tratamientos médico-estéticos más eficaces y seguros para combatir la flacidez cutánea, entre los que se incluyen:

Radiofrecuencia: Esta técnica no invasiva es ideal para combatir la flacidez cutánea. Por medio de un aplicador de radiofrecuencia se estimula la creación de nuevo colágeno en la piel, sin necesidad de cirugía ni inyecciones. El resultado es una piel más suave y firme.

Infiltraciones de ácido hialurónico: Las infiltraciones han demostrado ser una solución eficaz para combatir la flacidez cutánea, especialmente en la parte superior del brazo. La infiltración se inyecta en la piel y aporta volumen en la zona tratada, lo que tensa y reafirma la piel.

 

 

 

 

Carboxiterapia: por medio de las inyecciones de C02 también se logra estimular la síntesis de colágeno lo que se traduce en una reducción de la flacidez y mayor firmeza.

Biodermogénesis: Produce un aumento inmediato en la compacidad y la elasticidad del área tratada, estimulando la creación de nuevas fibras elásticas dentro de la piel. Por esta razón, el tejido de la piel se vuelve más compacto y elástico, aumentando la tensión de la piel del rostro y del cuello y elevando los rasgos de la cara.

Tratamiento con luces LED: Con las sesiones de la máscara LED la piel recupera tono, uniformidad en el color y el brillo. Además favorece la oxigenación y la circulación del riego sanguíneo de la zona tratada, por lo que potencia la reparación celular y las reacciones bioquímicas que mejoran la calidad de la piel.

Cremas hidratantes: Muchos productos de venta libre ricos en retinol (que es un miembro de la familia de la vitamina A) pueden ayudar a reafirmar la piel. También las cremas y lociones faciales que incluyan ácido glicólico, ácido láctico, ácido málico, ácido cítrico o ácido tartárico.

Es importante usar estos productos como se indica, dejar de usarlos si pican o producen quemazón, limitar la cantidad de productos utilizados y recordar que no existen recetas mágicas que proporcionen resultados inmediatos; hay que tener paciencia y ser constante en su aplicación para poder comenzar a ver resultados.

Cirugía: La cirugía se realiza con más frecuencia en personas que han perdido una gran cantidad de peso y poseen un exceso de piel flácida y colgante.ç

Nutrición: Lo que las personas comen afecta de manera directa en la salud y apariencia de su piel. Para prevenir y tratar la flacidez cutánea, es esencial mantener una dieta equilibrada que incluyan alimentos ricos en antioxidantes, como los carotenoides, tocofenoles y flavonoides. Las vitaminas A, C, D, E y los ácidos grasos omega-3 también nos ayudarán a mejorar la calidad general de la piel.